sábado, 13 de septiembre de 2008

El Trabajo o La Familia

13/09/2008
El Trabajo o la Familia
A Partir de un mensaje que Recibi de mi amigo Jose Gregorio Molina, me he permitido escribir esta reflexion sobre lo que debe ser prioridad en nuestras vidas. Lo que Dios me permitió vivir cuando me dió esta segunda oportunidad para ordenar mi vida.
Hace unos 10 años cuando me quedé sin empleo y con el transcurrir de estos últimos cuatro fué realmente cuando comencé a valorar la familia que Dios me ha dado.
Uno, sin darse cuenta comienza a trabajar y al pasar el primer año ya sabe que que tiene que trabajar cada vez mas, porque el sueldo no alcanza; te dedicas tanto al trabajo que se te olvida compartir con la familia, te dejas abrumar por los problemas del trabajo, el cumplimiento de la responsabilidad laboral pasa a primer plano y la familia pasa a un segundo y en el caso en que tengas que buscar otro empleo o un negocio para ingreso adicional (porque el sueldo no te alcanza) los fines de semana son también para trabajar... ya ni ves a los hijos, no conversas con ellos, no conoces bien a sus amigos, cuales son sus sueños, sus juegos favoritos, ya no compartes ni la mesa; la tv o la computadora son tu entretenimiento.
En mi caso vi crecer a mis hijas en la cama, porque solo las veia en la noche cuando llegaba pues la mayoria de las veces ya estaban dormidas, o un ratico en la mañana cuando las llevaba al colegio, todo apurado para no llegar tarde a la empresa, en el camino ni conversaba con ellas...
Con mi mujer, conversaba lo necesario; recuerdo que siempre me preguntaba: -¿ como te fue hoy? - y yo siempre respondia: - bien, igual que siempre - , porque si llegaba a la casa temprano "estresado" no queria conversar con nadie ni que nadie me hablara, agarraba el control del tv y me conectaba a cinecanal, movicity, o hbo, y cuidado si alguna de las tres venian a interrumpir o a pregunar algo, lo importante era que me dejaran ver la pelicula; "-dejenme descansar, no me molesten que estoy agotado-". Cenaba solo, en la cama porque no podia interrumpir la pelicula; al acostarme a dormir pensaba en lo que debia resolver en la oficina al dia siguiente. Asi, sin oraciones sin darle gracias a Dios por el dia vivido...
Le criticaba tanto a mi mujer que se quedara en la casa a cuidar de las niñas sin hacer nada mas, que un dia con un "amigo" le consegui un empleo, porque el dinero nunca alcanzaba y necesitabamos otro sueldo.
A la par de todo esto el "estatus" me invitaba a llevar una vida social con las relaciones del empleo, la importancia del cargo me permitía darme "buena vida" comencé a frecuentar las mejores tascas, los mejores restaurantes; las invitaciones a eventos de la institucion habia que cumplirlas después del orario de trabajo y de alli seguiamos la parranda en la tasca o la discoteca del momento, gastando el cupo de las tarjetas de crédito con otra jente que no era mi familia y otras mujeres que no eran mi esposa: "adulterio, lujuria, alcoholismo" esas eran palabras que no existian en mi conciencia.
Y mi mujer cuidando las hijas en el apartamento y una que otra vez o uno que otro domingo saliamos a almorzar o aceptabamos alguna invitacion de algun "amigo"; la parrilla, el wiski (18 años porque otro era bajar de categoria). Las mujeres por un lado y los hombres por el otro. Y el lunes otra vez a la rutina.
El "amor" al dinero se me fué metiendo, me deje atrapar por el desenfrenado espiritu del consumismo, el estatus de un cargo (que en ese momento para mi era lo mas importante), el ansia de tener mas. Me meti entre ceja y ceja que necesitaba ganar mas y seguir creciendo economicamente, "porque ya las hijas estaban creciendo, tenia que comprar otra computadora, otro decodificador de DTV para el cuarto de las hijas, mas trajes para el trabajo, los mejores zapatos, las mejores corbatas, los mejores relojes - porque la presencia era importantisima- otro carro, -para que mi mujer hiciera las diligencias de la casa y se encargara de llevar y buscar a las hijas en el colegio- pagar las tarjetas de crédito porque mientras mas tarjetas, mejor estatus"; mientras mas ganaba, mas gastaba.
Asi hermanos, trancurrieron 6 años de mi vida, "dedicados exclusivamente a la Institucion" al trabajo, al extremo de no tomar ni siquiera las vacaciones obligatorias, las cobraba, pero no me iba de la oficina, las trabajaba y recibia doble mensualidad, porque "el dinero no me alcanzaba para irme de vacaciones" y el trabajo era lo mas importante. Nunca durante ese tiempo comparti con mis hijas y mi esposa algun viaje de vacaciones, si saliamos era para algún evento donde debia representar a la "Institucion" para la cual trabajaba, ¿podran creer ustedes que decia "mi oficina, mi escritorio, mi telefono, mi archivo, mi computadora?.
Tenia yo un "estatus pelatus" como el cisne, imponente y bello sobre la superficie del agua, pero por debajo pataleando para no undirse y morir ahogado, buscando confort y acumulando deudas.
Me olvidé por completo de la vida espiritual, poco asistía a la misa y cuando ibamos, era a una parroquia a la que no pertenecia. Nunca me involucre ni me comprometí con ningun programa o trabajo de la Iglesia; para mi, Dios era un ser lejano que estaba alla arriba en el cielo, y mi relacion con El era como la de la mayoria de los catolicos: un sincretismo religioso, mezclando todo lo que me convenia, criticando a la Iglesia por no modernizarse, hablando mal de los saserdotes, sin recibir sacramentos, ni me confesaba, ni comulgaba, catolico ligh, bajo en calorias espirituales.
Gracias a Dios, lo mio no fue un ACV o un Infarto para darme cuenta a tiempo de los errores en los que habia caido, pero esa es otra historia que les contaré después y que alguno de ustedes ya conocen.

Luis Reyes V