viernes, 19 de septiembre de 2008

La Eucaristia, ¿Según nuestra Conciencia?

He recibido en varias ocasiones un Mensaje sobre la Eucaristía.
Es un mensaje muy bello sobre este santo sacramento que nos dejo nuestro Señor Jesucristo como promesa de Salvacion, pero al final de esta reflexion me llama la atención un texto que dice que cualquiera puede recibir la comunión de acuerdo a su propia conciencia. Pués bien hermanos hacerca de ese mensaje, me he tomado la libertad de hacer esta analisis con humildad, como corrección fraterna y con la autoridad que me confiere la Santa Iglesia como Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión, para alertarlos sobre este tipo de mensajes que subrepticiamente puede llevarnos a divulgar falsas creencias en nuestra religión. En el mismo mensaje se nos pide que lo divulguemos para que el que quiera comulgar comulgue de acuerdo a la necesidad que tenga.
El Catecismo de la Iglesia Catolica en el número 1415 nos enseña:"
El que quiere recibir a Cristo en la Comunión eucarística debe hallarse en estado de gracia. Si uno tiene conciencia de haber pecado mortalmente no debe hacercarse a la Eucaristía sin haber recibido previamente la absolución en el sacramento de la Penitencia".
Además San Pablo nos dice en (1Co. 11,27-30) : "Por Tanto quién coma el Cuerpo y la Sangre del Señor indignamente, comete pecado contra el cuerpo y la Sangre del Señor. En consecuencia, que cada uno se examine antes de comer el pan y beber de la copa. Quien come y bebe indignamente sin reconocer el cuerpo y la sangre del Señor come y bebe su propia condena. Esta es la causa de que haya entre ustedes muchos enfermos y debiles y que mueran tantos". Santo Tomas decia que "la presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la Verdadera sangre de Cristo en este Sacramento, no se conoce por los sentidos, sino por la fe, la cual se apoya en la autoridad de Dios". Entonces, no debemos dejarnos llevar por sentimientos o deseos ardientes de recibir la comunión de acuerdo a nuestra conciencia, sino de acuerdo a nuestra fe y la fe nos enseña que debemos ser obedientes a Dios y a la Iglesia.
Continúo citando el Catecismo que dedica todo un capitulo a este gran misterio, en su numeral 1387 nos indica como debemos prepararnos para recibir el sacramento: " los fieles deben observar el ayuno prescrito por la iglesia". - he sido testigo de personas que permanecen durante la misa masticando chicles. "Por la actitud corporal gestos, vestidos...( cuantas veces no hemos visto personas que se acercan a recibir la comunión a saludandose en la cola, o mirar insistentemente a su alrededor para ver a quien conocen y saludar, hablando por su telefono celular, o algunas mujeres vestidas indecorosamente)... se manifiesta el respeto, la solemnidad, el gozo de ese momento en que Cristo se hace nuestro huesped.

El 1388 es otro articulo que vale la pena analizar: " Es conforme al sentido mismo de la Eucaristía que los fieles con las debidas disposiciones, comulguen cuando participan en la misa. " "se recomienda especialmente la participación mas perfecta en la misa, recibiendo los fieles después de la comunión del Sacerdote, del mismo sacrificio, el cuerpo del Señor."

Debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. La Eucaristia es fuente y culmen del cristiano, es nuestra razon de ser, por ella vamos a la celebración dominical, aunque la Iglesia solo nos exije comulgar por lo menos una vez al año, el cristiano comprometido con nuestro Señor, quien se siente cercano a Cristo, que siente su alma unida a la Eucaristía no le basta una vez al año, ni siquiera con una vez a la semana, el Cristiano que ama a su Señor necesita recibir la Eucaristía a diario; siente que es como el alimento mismo que mantiene la vida en el cuerpo, asi la Eucaristía es el alimento diario del espiritu, la fortaleza en la batalla diaria contra las tentaciones del mundo, el demonio, o la carne.
Yo entiendo muy bién a todos aquellos hermanos que tienen algun impedimento para recibir el santo Sacramento de la comunión pues estuve mas de 12 años sin poder recibirlo, ansiaba vehementemente recibirla, me sentía triste y avergonzado cuando se llegaba el momento en que el canto de comunión te invita a participar de ese banquete sagrado, pero estaba claro que yo habia escogido concientemente vivir en pecado y no debia recibirla en ese estado; hasta que un día un saserdote, momentos antes de distribuir la comunión invitó a aquelllos fieles que como en mi caso no podiamos comulgar sacramentalmente para hacer una oracion bellisima para recibir la comunión espiritualmente, que alegría, que gozo, a partir de ese momento mi participacion en la misa fue diferente, cada vez que asistía a la misa ansiaba aquel momento de recibir la comunión espiritual; Sentía que Cristo me perdonaba todo y que se acercaba a mi en Espiritu y en verdad, hasta que un día la Santa Madre Iglesia me dió el regalo de poder recibir la comunión sacramental, pero esa es otra historia que les contaré en otra reflexión.


Luis Reyes V.